domingo, 21 de febrero de 2010

Exijo una segunda opinión


La escena era la siguiente: por un lado del escritorio mi ginecologo, un tipo bien regio, con un calzado italiano impecable, pantalon de buen corte , una camisa hermosa que ya la quisiera para mi closet y calvo, bien rasurada su cabeza, es que le brillaba su pelada con la luz arificial de la consulta. Y por el otro lado del escritorio yo, nada de regia , bañadita, con mi mejor ropa interior
( no la mas linda sino la mas decente) y con una sola pregunta en mente , es que ya en otra época de mi vida habia preguntado por el ciclo menstrual, anticonceptivos, enfermedades venéreas y demases. Pero a mis 28 años, con una vida feliz pero bastante difícil y un maravilloso, amado (muy, muy amado) e hiperáctivo hijo de 6 años la idea de operarme para no tener mas hijos daba vueltas en mi cabeza hace rato, hace como 6 años. Quería saber como era el sistema, cuanto salía, en fin. Es que mas allá de que en la tarea de traer a mi hijo a este mundo casi me morí y de lo caro que sale la educación , colegio, entretención ( es que olvidemonos del barato run-run pensemos en wii y canopy si nos gusta el contacto con la natura) y de la gran responsabilidad y compromiso perpetuo que implican los hijos no quiero mas. Soy feliz con sus besos por las mañanas, con sus historias fantasticas, pero francamente no se si quiero un crio a cada lado, ya no me vienen con cuentos de "dame un hijo para consolidar la relación" ni nada.
Pero antes de darle a conocer a mi doctor mi razones, cuando le dije "operarme" se agarro su calva y hasta ese momento sexi cabeza con las dos manos y me miro con ojos desorbitados para decirme "y tu te pegaste en la cabeza o qué????", me explico que era joven, que me podia enamorar y que hoy en día los hombres de 30 quieren hijos por doquier (en ese momento me convencí de que el doctor era gay ya que mas allá de su look italiano, esos hombres sensibles de 30 yo no los conozco) me dio a entender muy sútilmente que era una desnaturalizada y que mi fertilidad era una especie de bendición o virtud que yo despreciaba con tan aberrante idea y me contó la historia de una amiga de una amiga de él que nunca habia podido tener hijos, yo sólo asentia con la cabeza, me despedí de mi medico con un beso ya no tan ganoso como el del saludo y me fui caminando por la calle Libertad a tomar el tren, un poco confundida pero con la firme idea de pedir una segunda opinión.

1 comentario:

  1. jajajajajjajajajjaa, si definitivamente una segunda opinión, aunque creo que con mas o menos sutileza todos coincidirán en que esperes un poco mas y que aún eres joven para eso. Piensa en la responsabilidad que tiene ellos de dejarte así infertil para siempre y de forma irreversible, yo creo que por mientras esta bien tomar pastillas usar el anillo o eso ya veremos lo demás.
    Un beso grande te adoro

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